A pesar de nuestro título, una de las grandes ventajas de esta receta es que se puede disfrutar durante todo el año.
Además, por la textura de la calabaza (zapallo o cabutia) se puede realizar como sopa más líquida o como crema.
Para realizar esta sopa/crema de calabaza y jengibre vamos a necesitar: 1 calabaza pelada y sin semillas, 2 cebollas, caldo de verdura o alguna leche vegetal, jengibre fresco a gusto, tomillo (o la aromática que nos guste), aceite de oliva, sal y pimienta.
Trozamos la calabaza en cubos.
Pelamos y picamos las cebollas. La rehogamos con tomillo y el aceite por unos minutos.
Añadimos la calabaza y la salteamos un par de minutos.
Agregamos el caldo o alguna leche vegetal, salpimentamos, llevamos a ebullición y lo cocemos hasta que los cubos estén tan blandos que se desarmen al apretarlo con la cuchara.
Ahí lo procesamos o licuamos para unificar. En el caso de quererlo más liquido se puede colar pero para nosotros le suma mucho cada tanto encontrar un poco de calabaza.
Al momento de servir se puede finalizar con un poco de aceite de oliva, queso que funda, croutons o semillas de calabaza tostada.